Angel Sanchez es un ícono de la moda latinoamericana, el cual ha logrado posicionarse como uno de los grandes del diseño en el panorama global. Su trabajo habla por sí solo, y tan solo tener la oportunidad de ver alguno de sus diseños tan de cerca es una experiencia extrasensorial. Su talento le ha abierto puertas a nivel mundial hasta conquistar la meca de la moda New York City. En esta ocasión, scuro magazine tuvo la oportunidad y el honor de sentarse junto al diseñador y tener un one-on-one, en el cual nos cuenta sus highs and lows y cómo fue su camino hacia el éxito.
Como algunos de sus peers, Versace y Tom Ford, Ángel cuenta con un background académico en el área de arquitectura. Una formación que le dio un estilo de diseño con tintes arquitectónicos, sin embargo, durante 30 años decidió enfocarse solo en el diseño de modas y dejar de lado la arquitectura. Como él mismo señala: “Estuve 30 años encajonado en una sola área” descartando la posibilidad de crear arquitectura.
“El que atiende dos señores, con uno queda mal.”
Con tan solo con dos años trabajando en arquitectura tras recibir el título, decide encaminarse en el mercado de la moda, decisión de la cual está totalmente convencido, fue la correcta. Decisión que tanto nosotros como el resto del mundo aclamamos, puesto que nos dio a un genio de la moda. Por supuesto, una decisión como ésta no es entendida por todos, menos 30 años atrás. Sus mentores en la rama arquitectónica le preguntaban: “¿vas a dejar la arquitectura para hacer trapos?” Sanchez señala que para aquel entonces, hacer moda era considerado “hacer trapos”, no se veía como una profesión dignificante. Aun así, decidió seguir su instinto y cambiar su rumbo.
Para un joven Angel Sanchez, haber lidiado con ambas carreras no era la mejor opción. Pero, tras perfeccionarse como couturier y como un gran hombre de negocios, aparece de vuelta en su vida la arquitectura de una manera muy orgánica. Seduciéndolo poco a poco, hasta convertirse de nuevo en una pasión, en un nuevo hobby. Por supuesto, parte de su modus operandi es “si voy a hacer las cosas, las voy a hacer bien”, y sus diseños no tendrían el nivel de perfección con el que cuentan, si él no se involucrara de la manera en que lo hace con cada uno de sus proyectos. A diferencia de otros diseñadores que solo usan su nombre como marca, Angel realmente diseña y lidera sus proyectos de inicio a fin.
Como ya nos mencionó, la arquitectura aparece de una manera muy natural en su vida. Su pareja sentimental, Christopher Coleman, siendo diseñador de interiores, lo invitó en un par de ocasiones a participar junto a él en el interiorismo de varios proyectos. Pero ese momento que lo llevó a realmente involucrarse de lleno en la arquitectura, fue a través de una clienta de su atelier, la cual le comentó que recientemente había adquirido una propiedad en New York City y a sabiendas de que Christopher era diseñador de interiores, le solicitó hacer esta conexión para que fuera él quien decorara su nuevo apartamento. Proyecto que por la cercanía a su clienta, termina convirtiéndose en un diseño personal de Angel. Para él fue algo que no solamente disfrutó mucho, sino sin darse cuenta, se convirtió en un turning point en su carrera.
“Yo te diseñé tu vestido de novia, y ahora te diseño tu apartamento.”
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“Los clientes confían en tu talento, buen gusto y excelente ética laboral”, comenta el diseñador. Fue este approach natural de los clientes lo que lo llevó a crear junto a Chris, Sanchez- Coleman. La moda y la arquitectura cuentan con procesos similares y en la actualidad, los diseñadores de moda tienen la necesidad de diversificarse, de ser multidisciplinarios, por tanto, era un paso lógico expandir todo este talento a una rama que era muy familiar para él y más importante, una rama en la que es excelente.
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“La diferencia entre la moda y la arquitectura radica en que el espacio perdura, como un fashion show permanente.”
Mas allá de los títulos, Angel es un verdadero creativo. El diseño para él es un talento nato, algo que siempre tuvo. A sus ocho años aprende a dibujar sobre los figurines de su madre, la cual era modista, algo que tuvo un claro impacto en su vida. Su talento y valentía lo han llevado a brillar y a ser reconocido mundialmente; sus creaciones son una muestra clara de la magia que tiene whitin him, simplemente es un verdadero virtuoso.
Esta virtud fue el arma con la cual rompió paradigmas. Siendo un diseñador latino, tuvo que romper varias barreras que el estigma social preexistente en el mercado estadounidense tenía. En el momento en el que Angel inició, existía un estigma. El latino se creía ser solo cha cha chá, y aún más importante, se creía que la mujer “americana” no lo iba a entender. Pese a esto, la capacidad analítica de Angel le permitió instruirse, analizar el mercado, depurar su producto y transformarlo en algo único que conquistaría a cualquier mujer, sin importar su procedencia. Gracias a talentos como él que cruzaron barreras, muchas carreras jóvenes tienen la oportunidad de proyectarse a un mercado internacional. “La moda latinoamericana está de moda” señala, pero realmente diseñadores de el calibre de Angel son los responsables de que América Latina esté de moda. Su aporte a la moda internacional, su tesón y su impecable trabajo hacen que un mercado tan ruthless como el presente, crea en Latinoamérica.
“A mi no me gusta fracasar” una frase con mucho significado. Esta claridad en su mindset le permitió cruzar fronteras y le permitió posicionarse y mantenerse en el lugar en el que se encuentra hoy en día. Para Ángel, el éxito está en estar orgulloso de lo que uno hace y para logarlo, la única vía es la perfección. En 1994, se encontraba en el top; en Venezuela y Miami lo aclamaban, y es en este mismo año que gana el premio de Moda Iberoamericana. “Después de ganar aquella presea, decidí volar a NYC y buscar mayor reconocimiento, sin embargo, lo que en Miami fuera un éxito, en Nueva York fue rechazado”. Abatido por el hecho, en su vuelo de regreso a casa diseña 17 vestidos, los cuales confeccionó en 3 semanas. Con esto, regresa a NYC a enfrentar a la misma compradora que lo rechazó, y fue en ese preciso momento que inició su carrera.
La adversidad lastimó su ego, pero su lucha por ser el mejor fue lo que no le permitió rendirse. Es exactamente eso lo que lo llevó a convertirse en la luminaria que conocemos. Es importante comprender que el fracaso es parte del éxito, y ejemplos como el de Ángel nos demuestran que el camino al éxito es bastante sinuoso, sin embargo, al dedicarse a crear un buen producto de excelente calidad y luchar por ser el mejor, success will be served.
Talento, tesón y perfeccionismo son algunos de los sinónimos de lo que la marca Angel Sanchez representa. Sin embargo, después de más de 2 horas de plática y un par de copas de vino, nos levantamos de la mesa siendo más que simples colleagues, nos levantamos siendo amigos. Angel Sanchez es una de las personas más honestas, amables e inspiradoras que hemos tenido el gusto de conocer en persona. El simple hecho de haber podido compartir un rato tan genuino con el diseñador nos sirvió para recargar energías.
Usualmente, terminamos este tipo de entrevistas preguntando a nuestro artista por algún consejo para nuestros lectores, esta vez queremos ser nosotros, el equipo de SCURO, quien les deje un mensaje: No hay que rendirse. Si están seguros de lo que están haciendo y les gusta tanto, que están dispuestos a poner un poco más de lo necesario, lo van a lograr. Siempre hay que dar lo mejor de sí, en cada cosa que hagan, y les garantizamos que van a lograr sus metas. Haber conocido a Angel era una de las nuestras, y hoy tenemos el gusto de tener a este grande en nuestra portada. Siempre estaremos agradecidos Angel, esperamos con ansias la próxima vez que nos sentemos por otra copa de vino.